martes, 4 de octubre de 2011

La debilidad del caparazón

Las personas son como tortugas. No por su lentitud, pues todos viven deprisa, sino por su caparazón.
Todos, creo yo que, sin excepción alguna, tenemos un caparazón, una cara, una concha (bueno, una concha española, aclaro concepto, jaja), una jaula, una capa, un muro... da igual cómo lo llaméis, acaba siendo lo mismo.

Una capa para tapar quién eres. Un caparazón para ocultar que en realidad necesitas ayuda. Un muro para evitar que te dañen.
Y como nadie es arquitecto ni tampoco somos Atlas como para soportar tal peso, el muro acaba resbalándose por la espalda hasta que choca contra el suelo y se resquebraja.
Y es aquí cuando nos deprimimos. Nos deprimimos por que aun seguimos sin nadie quien nos pueda herir, ese muro ha alejado a todo el mundo que quería acercarse a ti. Lloras, por que llegas a ser como eres y tus amigos te repudian por que has "cambiado", cuando en realidad no te has dado la oportunidad de ser quien eres.
Te haces el duro, con una cara que siempre otorga una sonrisa, cuando deseas llorar.

Yo al igual que tantas tortugas llevo el caparazón a cuestas. Y se ha crujido. No pretendo contar mis penas, por que para cuatro gatos que me leen que más da. Este es mi blog además.
Y el crujido a recorrido columna arriba hasta llegar a ese punto de mi cabeza que se llama 'come cocos' y como un baúl de los recuerdos escalofriantes, empecé a sentirme muy mal conmigo misma.
De pensar, "lo has jodido, cómo pudiste joderlo todo tanto?". Y es como, un momento, yo? Solo yo? Pues sí, lo jodí todo hace mucho. Aun sigo cagándola constantemente y me siento mal.
Después de casi un año con mi coraza super perfecta siento que estoy desnuda ante miles de cosas de las cuales el 90% me van a dañar.
Y llevo todo el día queriendo encerrarme en una habitación y llorar, llorar mucho con el repertorio de canciones tristes que no tengo (creo que debería tener una) y luego, después de tranquilizarme, llorar con ese estribillo triste que tiene un precioso fondo de bajo y saxofón sensual.
Y después de caerme en mil pedazos, que queda? Culpabilidad y vulnerabilidad.
Después de casi un año trabajando en mi perfecta coraza, de ser siempre una chica con una sonrisa, después de mucho, ¿he pegado un paso hacia atrás volviendo a ser una sentimentalista, una niña vergonzosa de voz débil, una crédula y demás?
No por favor! No lo se, está todo muy reciente y siento como si (cuidado, la comparación es muy peculiar) sintiera huevos quebrándose en mi estómago.
Y siento que vuelvo a cambiar. Como la serpiente que muda piel, siento que algo se desprende, y hay una capa nueva, pero ahora todo escuece.

Y es muy complicado todo. Siento que todo eso no ha servido de nada. Y que me he cansado de llevar un peso inútil.
No soy una gurú de nada, pero ya lo digo yo, que consejos tengo para todos menos para mi, pero es que yo soy rara.
Tengo que acabar de coser y atar cuerdas, por que está claro que querer expulsar de mi vida a una persona muy importante para mi, no es algo que yo, siendo la reina de la lógica (sarcasmo), haga.

Solo digo, que creo que vale más la pena llorar por alguien o por algo, que llorar por que sí y sin motivo, por que acabas teniendo el perfil idóneo para ser una loca de los gatos más.
Yo ya estoy planificando de ir cruzando especies para hacer un gato nuevo, jaja.

Solo creo que ahora necesito paciencia, evadirme de todo, un buen puñado de incienso y una buena dosis de Lennon, que lo cura todo.

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