jueves, 15 de noviembre de 2012

Las serpientes de Laoconte.

Creo que desde pequeños se nos enseña qué es bueno y qué es malo. Supongo que en el momento que tenemos cierta conciencia de la responsabilidad somos conscientes de los conceptos bien y mal. 

Pues bien, hay personas que por X motivos, no son conscientes o simplemente no piensan en sus actos y con ello, puede repercutir a personas de su entorno, amigos o familia, y hacerles daño de tal forma que no se la pueda perdonar. 
A esas personas, llamémoslas serpientes. Estas serpientes de personas, actúan siguiendo ya sea un sentimiento mezquino o rencoroso de forma consciente o simplemente actúan siguiendo el placer de satisfacer sus vicios, de forma inconsciente. 

Y a las primeras solo se les puede servir un vaso de ácido sulfúrico de bebida. Pero, ¿y los segundos? Actúan sin pensar, no son conscientes de la repercusión o el daño que pueden ocasionar sus actos. Entonces, al no saber el daño que hacen, ¿se las debe perdonar? 
Mi posición, es depende. Depende de la situación. En cuanto a la situación sufrida, siendo yo la que ha sufrido por sus actos, mi respuesta es un rotundo NO. 

Básicamente por que entre amistades hay cosas que por así decirlo son "sagradas", tales como las parejas o ex parejas de tus amistades, los padres y madres, hermanos/as, etc. Esas personas, por respeto a tus amigos, no se tocan si repercute negativamente sobre alguna de tus amistades. 

¿Pero y cuando esto sucede y además es consciente de sus actos, pero no de sus consecuencias?
Alguien podría decir que se encuentra en medio de una encrucijada. Y opta por decirle que ese acto le ha dolido mucho. Pero, ¿ y si ya se tuvo ese tipo de conversación y la actitud de sus actos no cambia?
Aquí ya tenemos un problema y gordo. 

Pues en ese caso, yo he optado básicamente en no considerarle nunca más como una amistad, tocando algo que era para mi lo más querido, siendo mi único punto débil, mi talón de Aquiles, y fue directa al punto.  No conforme con ello, después lo volvió a intentar (obviamente sin éxito, ya que se aprovechó de la debilidad de otra persona la primera vez) y para rematar la jugada, a su amiga, en este caso yo, fui blanco de su descontento, siendo yo el problema central de todo, de lo que había sido antes mi relación. 

Y pienso, el porqué opinabas de algo tan personal y a la vez tan ajeno a ti. El porqué ibas en mi contra siendo yo la dolida. En meterte donde nadie te llamó ni nadie te quiso meter por parte de ninguno de los dos. 

Ya ahora no tiene sentido enfadarme ni con ella ni con él. Puesto que no hay nada ya, ni con la primera ni la segunda persona. No salgo ganando con esto. Pero en mi vida, ya me enfrentaré a muchos tipos de  serpientes ajenos a mis círculos  como para tener rondando por ahí una serpiente que realmente puede atacarme en donde más me pueda joder. 

Solo espero que reciba lo que sembró, no por que crea que merece una lección, sino por que opino que debe sentir al menos en algún momento de su vida, tal sentimiento de dolor y traición mezclado con un poco de resentimiento y menosprecio. 

Por que esa persona, al igual que muchas otras, son serpientes que se arrastran por la vida, esperando al parecer, un momento justo en el que morder el cuello de alguien, sin importar el daño.

Pero ellos no saben, que no tratan con un cordero, sino con un LOBO.