Sueños que casi se pueden tocar....

Mi cuerpo tiene la mala costumbre, de que cuando tengo un sueño y me acuerdo, me despierto muy cansada.

Esta noche, me he despertado cansada, pero con un sentimiento de enamoramiento.

¿Es posible enamorarse de un sueño?

Creo que si....

He soñado, con un individuo. No veía por completo su cara, tan solo le miraba, y todo él me recordaba a alguien conocido. Sin embargo a pesar de su familiaridad, no recuerdo quien es....

Y eso me pone de los nervios y me obsesiona.

¿Por qué?

Pues por que en el sueño, me enamoraba...

Y me ha impresionado tanto la realidad de la situación y la intensidad del sentimiento...

Que un simple sueño, algo creado por mi subconsciente pueda parecer real hasta tal punto de que me provoque sentimientos de tal magnitud, me parece increíble.

Y solo fue eso, solo eran palabras cariñosas, gestos y caricias tiernas.

Su cara queda en el anonimato y por más que me esfuerzo no recuerdo quién es.

Pero al despertarme, desee no haberlo hecho nunca, incluso dudé si mi auténtica realidad era realidad y no un sueño. Por un enamoramiento, tan intenso que deseé que aquel sueño fuera mi realidad.

Ojalá lo hubiera sido.

Quiero recordar quién era....saber quién era...

Tal vez, aquellos filósofos que se plantearon la veracidad de nuestra realidad, ya que los sueños eran tan reales... tal vez, ellos también se enamoraron de un sueño...

La trágica decisión de...¿Qué veo esta noche?

Hoy he visto a mi hermana algo ajetreada, y como hermana mayor, me preocupo y le he preguntado qué le pasaba.

Ella con cara de preocupación me ha expuesto su problema: esta noche sale en la Sexta la serie de Bones (al parecer un capitulo 'suuuuper' interesante) y en Antena 3 sale la segunda parte de La piel azul.

Yo razonando, le he dicho que viera la segunda parte de La piel azul, pues ya que había visto la primera, no lo dejara a la mitad, ya que ella no ve a penas Bones.

Después de unos minutos pensando. Se le ha encendido una bombilla sobre su cabeza y ha comentado en voz alta: ¡Ya sé que haré! Veré la segunda parte de La piel azul por Internet, y esta noche veré Bones.

Yo me he quedado mirándola con una expresión algo asombrada.

Entonces pensé, qué gran invento Internet, que nos soluciona pequeñas trivialidades como esta...

Y qué superficiales somos, si nuestra mayor preocupación a lo largo del día es qué voy a ver hoy en la televisión.

El arte del Chocolate.

Um... Chocolate. Es el vicio de casi toda persona y la droga de muchas otras. Es un delicioso pecado dulce, que nos aporta un sabor sensual en el paladar y provoca que nuestra lengua serpentee a su alrededor.

Viendo la película de El Erizo (Le Hérisson) dirigida por Mona Achache (basada en la novela de Muriel Barbery), vi una escena en que la protagonista principal Paloma Josse, una niña de 11 años, toma un te con la portera del bloque de pisos de lujo donde ella vive. La portera Renée Michel, ofrece a Paloma un poco de chocolate negro, esta acepta y expone un pensamiento: ¿Cuál es el arte del chocolate? ¿Tal vez el sabor de sus sustancias o tal vez el arte de como las muelas lo trituran? Entonces Paloma, comenta lo extraordinario que resulta dejar que el chocolate se derrita en la lengua, como a ella tanto le gusta.

Después de esta escena, pensé que Paloma y yo tenemos algo en común, a ambas nos gusta el chocolate y a ambas nos gusta que se derrita lentamente en la lengua.

Por que cuando depositas una onza de chocolate sobre la lengua, el chocolate empieza a derretirse poco a poco y su sabor toca en primer lugar esa pequeña zona de la lengua en que los sabores dulces se manifiestan con grandiosidad.

De esta manera, el sabor dulce, explosiona dentro de la boca, con un sabor sensualmente fuerte de chocolate dulce y pecador.

Saboreas realmente su sabor que se pierde cuando únicamente lo masticamos.

Es una manera de disfrutar y catar un dulce que se ha disfrutado desde hace muchos años atrás.

Ahora doy gracias a aquellos que trajeron el chocolate a Europa por vez primera.

Solo puedo decir, que entre los chocolates que más me gustan son el chocolate con leche y el chocolate con almendras. Las marcas que más me gustan son Nestlé, Milka y Lindt.

Claro está que mi paladar está poco educado y me conformo con el chocolate menos tratado y menos rico del mundo. Me gustaría probar el chocolate de aquellos países en que elaboran chocolate de una manera excelente y magistral.

Y solo recomiendo que saquen al menos un instante de sus ajetreadas vidas y coloquen una onza de chocolate sobre sus lenguas y la dejen fundir y disfruten de un sabor picarón y sensual, y disfruten de la felicidad momentánea que proporciona el chocolate, por que realmente el chocolate hace feliz.